El valor de los elementos de propiedad intelectual como activo empresarial
¿Alguna vez se han preguntado cuál es la importancia de la protección de los activos intelectuales de una empresa?.
Las marcas, los lemas comerciales, las obras protegidas por el derecho de autor, el software y las innovaciones son activos intangibles que pueden llegar a representar gran parte del valor de una empresa.
La valuación de estos intangibles no es tarea sencilla. Incluso ahora no existe una norma que vincule a privados y en la que se establezca un método de valuación determinado para estos activos. Se habla de la determinación del valor en función a los flujos futuros, flujo de caja descontado, costo ajustado, entre otros métodos aún más abstractos y gaseosos.
Si hablamos de las marcas, estas se encuentran íntimamente relacionadas con su identidad y, en muchos casos, se traducen en su activo más importante. Ejemplos claros lo serían las marcas rankeadas en la edición 2024 de The Top 100 Most Valuable Brands1, en el que Apple figura con un valor de USD 516.6 billones, Microsoft con USD 340.4 billones y Google con USD 333.4 billones.
El valor de las marcas –según el ranking bajo comentario– ha sido determinado en función a los ingresos sobre las marcas (incluyendo las regalías) y la fuerza de la marca (incluyendo la inversión en la marca, su reputación y su desempeño en el mercado).
De las 100 marcas rankeadas, 17 de ellas corresponden al rubro de tecnología, sector en el que claramente la protección de la innovación a través de las herramientas de propiedad intelectual (patentes, software, secretos industriales, entre otros) resulta fundamental. Estas herramientas buscan generar un monopolio que asegure la explotación a quien invirtió en su desarrollo y, además, promover que se continúe con dichas iniciativas.
Aun con ello, en la práctica, se nos sigue preguntando si para comenzar a usar una marca “esta debe ser registrada primero”. Y es que el registro de la marca no siempre se encuentra dentro de los elementos esenciales a considerar en el inicio de operaciones de una empresa. Tampoco lo es la protección de la innovación a través de las distintas figuras que la propiedad intelectual nos ofrece. Esto es un error.
Imagínense un escenario en el que se constituye una empresa y esta empieza a comercializar con éxito determinado producto. Ahora, imaginen que la marca que identifica a la empresa o a dicho producto no fue registrada en su momento y que, incluso, ya no puede ser registrada porque en el registro marcario ya existe una marca similar.
Ahora, piensen que dicho producto implica una nueva aplicación industrial que no se encontraba presente en el mercado y que no ha sido protegido debidamente, por lo que es “copiado” por la competencia, sin posibilidad de impedir dicho uso por no contar con los derechos registrados para tal efecto.
Estas situaciones pondrían en riesgo la inversión en términos de tiempo y dinero para dichas empresas, siendo que casos como los descritos anteriormente son más frecuentes de lo que se podría pensar y ello obedece al desconocimiento de los beneficios otorgados por la propiedad intelectual, pero sobre todo del valor que su debida protección aporta a las empresas.
Desde el valor de estos elementos en sí, su potencialidad para realizar transacciones como su venta o cesión, los esquemas licencias con el consecuente pago de regalías, hasta la posibilidad de usarlos como herramientas para lograr el apalancamiento en préstamos en beneficio de las compañías, entre otras múltiples alternativas de explotación, los activos intelectuales son elementos de suma importancia en términos económicos, que no deben ser descuidados o relegados y su protección debe ser oportuna y adecuada para poder maximizar sus beneficios.
Por Johana Calderón, socia del área de Propiedad Intelectual
Publicado en la revista Columnas del estudio edición n°216.
- Información tomada de: https://www.bankinter.com/blog/empresas/ranking-marcas-mas-valiosas-del-mundo. ↩︎