La transformación societaria como clave para acceder al financiamiento empresarial

En el competitivo entorno empresarial actual, la transformación societaria se posiciona como una herramienta estratégica para acceder a financiamiento y fortalecer la sostenibilidad económica de las empresas. Este proceso, que implica el cambio del tipo societario de una empresa, permite ajustarse a las normativas del nuevo tipo social, abriendo las puertas a diversas oportunidades financieras.
¿Qué es la transformación societaria? La transformación societaria es el proceso mediante el cual una sociedad modifica su estructura jurídica sin disolverse ni liquidarse, conservando su identidad jurídica. Este cambio facilita la adaptación a las necesidades del mercado y a las demandas normativas, lo que puede ser decisivo para atraer inversión o financiamiento. Este mecanismo evita procesos dilatados, reduciendo costos y riesgos para la empresa.
Puedo precisar que la transformación permite a las empresas pasar de tipos societarios con responsabilidad ilimitada, como sociedades colectivas, a formas como las sociedades anónimas, donde la responsabilidad está limitada al capital aportado. Este cambio no solo mejora la percepción de seguridad ante los inversores, sino que también facilita la ampliación de sus operaciones.
Hablando específicamente del vínculo entre transformación y financiamiento, la transformación responde, principalmente, a razones económicas. Muchas fuentes de financiamiento como el capital de riesgo, las incubadoras o los préstamos tradicionales requieren que las empresas cumplan con ciertas condiciones legales y financieras asociadas a un tipo societario específico.
Por ejemplo, las sociedades anónimas tienen mayor facilidad para realizar ofertas públicas de acciones o de obligaciones; mecanismos clave para captar capital. A su vez, la transformación puede optimizar la estructura fiscal de la empresa, facilitando un uso más eficiente de los recursos económicos.
Entre las principales formas de financiamiento que destacan para empresas transformadas están:
- Préstamos bancarios tradicionales: Requieren solidez y formalidad, típicamente asociadas a sociedades con estructuras definidas.
- Capital de riesgo y business angels: Inversores que prefieren modelos de negocio claros y legalmente sólidos.
- Crowdfunding y financiamiento alternativo: Modelos más flexibles que, no obstante, valoran empresas con buena gestión financiera y transparencia.
- Subvenciones y programas gubernamentales: Apoyos que suelen requerir formalización y cumplimiento normativo.
Por lo comentado en los párrafos anteriores, puede parecer que la transformación es exclusiva de sociedades mercantiles. Sin embargo, las dinámicas económicas actuales han llevado a que otras entidades jurídicas, como asociaciones civiles, opten por transformarse para operar en mercados más amplios. Este cambio, impulsado por normativas como el Decreto Legislativo nº 882 en Perú, permite a las asociaciones educativas convertirse en sociedades con fines lucrativos, garantizando la continuidad de sus actividades y patrimonio.
Finalmente, resalto que la transformación societaria no solo representa un mecanismo legal de reorganización corporativa, sino también una oportunidad estratégica con impactos económicos significativos. En un mercado globalizado, donde las exigencias de los inversionistas y las entidades financieras son cada vez más complejas, contar con una estructura societaria adecuada puede ser la diferencia entre acceder al capital necesario para crecer o enfrentar restricciones financieras.
Este proceso permite a las empresas adecuar su marco legal para satisfacer los requisitos de diversas fuentes de financiamiento como la emisión de acciones, la participación en programas de capital de riesgo o la obtención de créditos empresariales en condiciones favorables. Asimismo, una estructura societaria sólida y formalizada mejora la percepción de confianza y reduce el riesgo asociado que los inversores suelen evaluar antes de comprometer capital. Por ello, en un contexto como el peruano, donde la competitividad empresarial y el acceso al financiamiento son desafíos recurrentes, este proceso se consolida como una herramienta esencial para la sostenibilidad y el desarrollo económico a largo plazo.
Por María Fernanda Gonzalez, asociada senior de la sede Piura del Estudio Muñiz
Publicado en la revista Columnas del estudio edición n°219.