Listo para la venta
A mediados de los años 90, mi familia adoptó la decisión de vender la casa familiar; y, con miras a ello, mis padres, hermanas y yo, colaboramos conjuntamente (dentro de nuestras capacidades) para maximizar el valor del patrimonio familiar, lo cual implicó una serie de gestiones internas que una vez concluidas nos permitió fijar un precio superior al mercado y concretar exitosamente la venta en un plazo relativamente corto.
En el ámbito empresarial, el compromiso de los integrantes de una empresa también debe contemplar, entre otros aspectos, una adecuada y permanente gestión con la finalidad de maximizar el valor de la empresa o de sus activos más importantes teniendo claridad sobre las contingencias y riesgos propios del giro del negocio. ¿Cómo maximizar el valor de la empresa y minimizar sus contingencias? En realidad, no existe una respuesta única, pero la experiencia nos enseña que como punto de partida el due diligence (debida diligencia) resulta una herramienta indispensable para efectos de recabar información relevante y detectar contingencias.
El due diligence, a modo de auditoría legal, requiere para su ejecución una revisión a detalle de la información o documentación de la empresa de la forma más completa y precisa posible, siendo que el resultado del due diligence, otorgará a los accionistas información actualizada sobre el estado legal de la empresa, sin perjuicio de detectar las principales contingencias.
El due diligence revelará datos e información pertinentes para que los accionistas adopten decisiones sobre las acciones a seguir sobre la formalización de los aportes de capital, emisión de certificados de acciones, convenios de accionistas, el pago del dividendo pasivo, distribución de utilidades; formalización contractual y especialmente la revisión de las cláusulas de cambio de control societario para tener claridad sobre los riesgos que se asumen ante una eventual venta en los contratos de financiamiento, es decir, prestar atención a la “letra chica”; implementación de políticas de compliance y anticorrupción; declaraciones y pagos de impuestos, ordenar la contabilidad; saneamiento de los bienes inmuebles, obtención de certificados de parámetros urbanísticos, compatibilidad de usos, zonificación; revisión de licencias y autorizaciones administrativas en general, obtención o renovación de certificados de propiedad intelectual y/o propiedad industrial, atención o solución de reclamos de protección al consumidor; activación de la experiencia adquirida en licitaciones o concursos públicos ganados; mitigación de contingencias laborales, reducción de sobrecostos laborales; actualización de los inventarios; provisionar deudas, priorizar las cuentas por pagar, incidir en las cuentas por cobrar; obtención o renovación de certificaciones nacionales o internacionales como por ejemplo HACCP, ISO, Fairtrade International, EU Ecolabel, IFS, entre otros aspectos, dependiendo del giro de negocio.
Con el resultado del due diligence, sin desviar la atención de la producción de los bienes y/o servicios propios del giro del negocio, será responsabilidad de la junta general delegar en el directorio (dependiendo del tipo societario) o en las gerencias el establecimiento de un plan de trabajo claro y detallado, confiriendo facultades al personal clave para ejecutar las estrategias que permitirán solucionar las contingencias detectadas, de existir un real interés en maximizar el valor de la empresa y de sus activos y en un mismo acto minimizar o controlar las contingencias. El plan de trabajo puede complementarse con un cronograma o un Gantt para identificar tiempos, priorizar los recursos o redirigir los esfuerzos a los temas más urgentes.
Toda decisión del destino de la empresa debe contar con una opinión en materia legal, así como también un análisis económico y financiero, sin dejar de lado el desarrollo o adquisición de nuevas tecnologías, estudios de mercado, encuestas de satisfacción de los clientes, estrategias de ventas, mejora de la imagen corporativa, proyección de ventas, reducción de costos de producción y otros aspectos que, sumados a la solución o control de las contingencias, otorgarán a la empresa un atractivo distinto en el mercado y por ende presentar un mayor valor ante potenciales compradores.
Por otro lado, en el escenario que (por ahora) no exista la intención de venta, la prevención, minimización o el control de las contingencias detectadas permitirán a la empresa dedicarse en exclusiva a hacer lo que mejor sabe hacer, es decir, producir cada vez mejores bienes y/o servicios dejando de lado la urgencia de apagar incendios.
Por Rogelio Higa, asociado senior de la sede Arequipa del Estudio Muñiz
Publicado en la revista Columnas del estudio edición n°195
El concepto es bastante ambicioso no por ello imposible de lograr, el marco planteado nos da una idea clara de como se deberia manejar una empresa para que sea exitosa.
Me gusto mucho