Profesionalizando las empresas familiares
Es un hecho que a la fecha el grueso de empresas que realizan sus actividades en el Perú son de orden familiar, en las cuales el control de las mismas se encuentra a cargo, en casi todos los casos, del patriarca de la familia. No existe en la mayoría de los casos un plan sucesorio para la conducción y continuidad de la misma ante la eventualidad de que algo pudiera ocurrirle a este “patriarca”.
Las empresas familiares podrían definirse como: “entes sociales en los cuales su patrimonio y el gobierno corporativo (administración) está siendo ejercido por los miembros de una o varias familias y su objetivo estratégico comprende la continuidad de la empresa a manos de la siguiente generación”.
En este contexto, uno de los principales objetivos de las empresas familiares debería ser el de crear políticas destinadas a la contratación y retención de personal (profesionalización de la administración). Es decir, hacerla atractiva para que personal capacitado participe en la conducción de misma, sin temor a tener “un techo muy bajo” por el hecho de que generalmente los principales funcionarios de este tipo de empresas son aquellos que estuvieron desde su fundación.
Una alternativa para lograr este objetivo es que las empresas familiares contraten a personal que no pertenezca a la familia para que asuman gerencias en áreas estratégicas, encargándose directamente de las operaciones de la empresa, dejando que las nuevas generaciones de la familia se repartan cargos ejecutivos (siempre y cuando cuenten con la formación debida) o participen únicamente como accionistas sin involucrarse en su manejo.
Este es un reto que las empresas familiares deben enfrentar y superar a fin de que él negocio pueda trascender en el tiempo, alcanzando mejores resultados y rentabilizando su operación.
Finalmente, si bien es cierto a la fecha casi el 55% de empresas familiares en el Perú cuenta ya con un protocolo, existe un 45% que no tienen definidos los pasos que seguirán para transferir la propiedad a la siguiente generación, por lo que es recomendable establecer protocolos familiares serios.
Alonso Vera, Asociado senior
Publicado el martes 7 de noviembre de 2017 en Gestión