Regulación del uso de la inteligencia artificial en las relaciones laborales

Ante el avance de la transformación digital y la inteligencia artificial (IA), es fundamental regular su uso mediante disposiciones legales y éticas. Esto es necesario para garantizar el respeto a los derechos fundamentales de los trabajadores, a través de la implementación de un marco normativo que salvaguarde sus datos, su privacidad y evite la discriminación. El empleo de esta tecnología no solo permitirá automatizar labores, sino también medir el rendimiento y tomar decisiones en el ámbito laboral a partir de la vigilancia que se puede ejercer sobre el trabajador. Esto incluye las predicciones relacionadas con su rendimiento, estados de ánimo y preferencias, e incluso determinar patrones de conducta que podrían resultar cruciales en el desarrollo del trabajo.
La IA es actualmente el ámbito más novedoso y prometedor para la gestión de los entornos laborales. Por ello, los departamentos de Recursos Humanos de las empresas incrementarán el uso de aplicaciones de IA para analizar la gestión del talento, la salud y seguridad, la ética, la diversidad, las relaciones entre empleados, la continuidad laboral y los riesgos para la reputación, con el objeto de optimizar la gestión del capital humano. En este contexto, se requiere encontrar el equilibrio entre el uso de la tecnología y el respeto a los derechos y libertades del individuo, a través de un enfoque ético compartido entre el Estado y las organizaciones privadas.
Ante los riesgos que podría generar el uso de la IA, esta tecnología ya está siendo regulada. Un caso relevante es la Resolución del Parlamento Europeo del 3 de mayo de 2022, que precisa que la IA está influyendo cada vez más en el mercado laboral y el lugar de trabajo, y que los efectos del cambio tecnológico son multifacéticos. La resolución subraya que el uso de la IA en estos ámbitos plantea varios desafíos éticos, jurídicos y laborales. Expresa su preocupación porque la digitalización podría conducir a la reorganización de los centros de trabajo y a la posible desaparición de determinados sectores de empleo, situación que demuestra la necesidad de una regulación para garantizar la protección de los trabajadores.
La importancia de regular la IA en las relaciones laborales radica en el incremento constante de su uso y los cambios que esto genera en la mentalidad de las personas o en la necesidad de adaptarse a las nuevas tecnologías. Según el informe del Foro Económico Mundial 2018, se podrían eliminar 75 millones de empleos hacia el 2025, pero se crearían 133 millones de puestos, lo que requerirá que los trabajadores se capaciten en nuevas habilidades. Sin embargo, hay quienes consideran que existen altas probabilidades de que la IA sustituya a los trabajadores, tal como ocurre en Corea del Sur, Singapur, Alemania, Japón, China y Estados Unidos.
Como la naturaleza humana se caracteriza por la diversidad que se presenta en todo aspecto de nuestra existencia, aunque compartimos coincidencias, también tenemos diferencias generadas por factores como los biológicos, sociológicos, históricos, geográficos y culturales, pero a pesar de nuestras distintas realidades y percepciones, nos podemos agrupar a partir de nuestras necesidades y coincidencias en comunidades, donde es necesario fijar parámetros que puedan, en cierta medida, homogenizar las condiciones de desarrollo de sus miembros, proscribiendo la discriminación y garantizando el derecho a la igualdad.
Teniendo en cuenta lo anterior, si bien los algoritmos de la IA no generarían un trato discriminatorio directo en las diferentes etapas de la relación laboral, tienen el potencial de generar distinciones indebidas. Esto ocurre al reproducir los sesgos almacenados en las bases de datos proporcionadas por humanos, especialmente en algoritmos con “cajas negras” que dificultan la explicación de su funcionamiento. Esta situación es tan compleja que no resulta sencillo cuestionar las decisiones discriminatorias que podría adoptar la IA, ya que el trabajador desconoce los datos que el algoritmo emplea. Por ello, deben adoptarse medidas que limiten justa y razonablemente la discriminación mediante esta tecnología, respetando los derechos fundamentales.
Si bien se busca garantizar que el uso de la IA respete los derechos fundamentales, es una tarea pendiente establecer un control adecuado para el uso neutral y ético de los algoritmos en las distintas fases de la relación laboral, pricipalmente en los procesos de selección para el acceso a un puesto de trabajo, con el objeto de evitar que el análisis que realice la IA vulnere el derecho a la intimidad, la imagen y la dignidad de los trabajadores, y que las predicciones realizadas a partir de la evaluación de datos no generen discriminación. La libertad de empresa y el uso de algoritmos para mejorar los procesos productivos y reclutar personal no deben lesionar ningún derecho fundamental. En el Perú, la regulación actual es incipiente, solo contamos con la Ley N° 31814 y el Proyecto de Ley N° 8223/2023-CR, siendo necesario que el uso de la IA en las relaciones laborales se norme oportuna y adecuadamente.
Por Willy Monzón, socio senior de la sede Cusco del Estudio Muñiz.
Publicado en la revista Columnas del estudio edición n°221.

