Venta de empresas en Perú: ¿2017 es el momento de vender o comprar?
Si bien la decisión de vender o comprar una empresa tiene origen en diversas motivaciones o circunstancias (financieras, de mercado, sucesorias, conflictos, entre otras) y responde a un análisis profundo de los actores involucrados en la misma, lo que pretendemos en las siguientes líneas es explicar algunas razones por las que consideramos que el 2017 presenta un ecosistema altamente favorable a la ocurrencia de dichos procesos.
Si bien el primer trimestre no ha reportado aún el cierre de un gran volumen transaccional, no es menos cierto que quienes participamos activamente en este mercado sabemos la gran cantidad de procesos que vienen llevándose a cabo y se encuentran dentro de sus plazos de maduración. Lo interesante es que esta actividad es trasversal a todos los sectores de la economía, a todos los tamaños de negocio y está convocando a estratégicos que buscan lograr una mayor cuota de mercado o participación en una empresa en la cual ya forman parte, integrarse hacia adelante o hacia atrás de la cadena, a grupos económicos locales interesados en nuevos sectores, a inversionistas extranjeros que desean poner un primer pie en el Perú o consolidar una posición regional y a diversos fondos de private equity y family offices cuyo interés en la compra de empresas peruanas es manifiesto.
Ahora bien, las razones que justifican un actual ecosistema favorable a la ocurrencia de dichos procesos en el mercado peruano son diversas. Por un lado, y quizás la más importante, es que durante los últimos años las empresas de varios sectores han afrontado cierta contracción en su crecimiento, lo que ha determinado que accionistas que en el pasado no se animaban a vender (por las expectativas de un mayor valor a futuro) o que mantenían pretensiones de precio bastante elevadas (con múltiplos incluso más allá del benchmark para la industria), hayan pasado a una posición de vendedores posibles con expectativas de precio más adecuadas a las de los potenciales compradores. Esta simple circunstancia genera un mayor inventario de procesos de compra y venta de empresas.
Otras razones adicionales vienen dadas por la coyuntura. Algunos fondos de private equity que ya llegaron a su momento de salida y deben vender su participación en algunas empresas, una situación económica y de modelo en Chile y Ecuador que ha determinado que inversionistas de dichos países fijen sus ojos una vez más en el Perú, los índices de crecimiento a nivel mundial que aún no se recuperan del todo y permiten a nuestro país seguir siendo motivo de atención (de forma especial empresas europeas), algunos empresarios que empezaron sus negocios ya hace más de 20 años y hoy en sus latest sixties piensan que es una buena oportunidad de cosechar lo sembrado, entre otras razones que se suman a las circunstancias habituales.
En este contexto se ha revitalizado la participación de diversos “personajes”: la banca de inversión segmentada en la práctica hasta en tres niveles (la internacional para procesos de más US$100MM, la local de primer tier para transacciones entre US30MM y US$100MM, donde por encima de ese monto ya compiten con la internacional, y una que ha encontrado un nicho en transacciones de menos de US$30MM que en el pasado ocurrían sin su participación); los fondos de private equity que confían en la solidez del país y tienen expectativas positivas de lo que sucederá los próximos años; los family offices, de reciente expansión en nuestro país y que buscan opciones de inversión y rentabilidad; entre otros actores propios a estas transacciones, todos los cuales seguramente, y enhorabuena, deben estar experimentando el reto especial que estas circunstancias imponen. Confiamos que el dinamismo no vea afectado por iniciativas regulatorias, tales como el control de fusiones, que podrían tener un impacto negativo en este escenario.
Mauricio Olaya, socio principal
Publicado mayo de 2017 en El Comercio